Esta obra, ubicada en Nogales, Sonora, una ciudad fronteriza que colinda con la ciudad de Arizona, se materializó en una capilla dentro de una escuela de enfermería. Tres vitrales, concebidos a partir de imágenes, fueron cuidadosamente traducidos al lenguaje del vitral, creando así un espacio armonioso y cálido destinado a la reflexión religiosa.

La peculiaridad de esta obra reside en la ausencia de luz natural en el entorno. Para abordar este desafío, se tomó la decisión de diseñar "cajas de luz" donde se instalarían los vitrales. Estas cajas, al encenderse en el momento de uso, revelan la magia de las piezas de vidrio, sumergiendo la capilla en una atmósfera que resalta la espiritualidad a través de la iluminación cuidadosamente planificada.

Nuestros hábiles artistas llevaron a cabo la creación de tres piezas utilizando la técnica del vitral y la "pintura a fuego". Este proceso meticuloso permitió resaltar de manera excepcional las facciones de los personajes representados en cada panel, otorgándoles vida y expresión en cada detalle. El resultado es una obra que no solo celebra la maestría técnica, sino también comunica la esencia profunda de la fe y la introspección religiosa a través de la luminosidad y la riqueza visual de los vitrales.